Voy empezar por contarles que estoy pasando por un momento doloroso en mi vida, debido a un accidente sufrido por un familiar muy querido, que fue a parar a un hospital público, en un país de tercer mundo, por el cual nadie tiene ni la más mínima esperanza de que se yerga económicamente, algún día…
Pero resulta que en ese gran hospital donde carecen de todo, incluso de alimentos, existe un elemento esencial que nunca encontré ni escuché comentar que existe en los países de primer mundo: EL AMOR.
Sí, el Amor. En ese hospital permiten que algún familiar o amigo más querido se quede a acompañar al enfermo durante todo el día y noches que este tenga que permanecer allá. No! No hay que pagar extras! Es totalmente gratis! El amor no se vende ni se compra, no tiene precio y es el único medicamento que se consigue en cualquier parte sin costo alguno.
Sabemos muy bien que todos los grandes y buenos hospitales tienen grandes médicos, buenos enfermeros y técnicos de salud, muy buen personal trabajador que también aman lo que hacen y tratan muy bien a sus pacientes. Pero están tan ocupados, son tantas las personas que los necesitan que no pueden parar para dar un poco de calor humanos fuera de sus cuidados profesionales, porque no les sobra tiempo. Hacen lo mejor que pueden y yo los admiro por lo que hacen. Son grandes seres humanos. Pero nadie es de hierro y ellos también se cansan y no se pueden multiplicar para atender y dar amor a todos los que lo necesitan.
Pero si en los hospitales fuese permitida la permanencia de una persona “cuidadora” que ama esa persona que está allá sufriendo y que necesita tanto de la presencia de alguien querido a su lado, yo creo que la enfermedad se curaría mucho más rápido.
En la realidad el AMOR es la mejor medicina del mundo, para todo y esos pequeños cuidados que los enfermeros no pueden dar, los familiares están ansiosos por hacerlos sin que el paciente siquiera los tenga que pedir, porque se conocen tan bien que basta una mirada o un gesto para saber lo que esa persona necesita. Hay cosas que no nos atrevemos a pedir o molestar a personas desconocidas, pero con nuestros seres queridos eso se hace con la mayor naturalidad y amor. Sé que son capaces de entender lo que quiero decir con todo esto.
Por otro lado, la persona que acompaña al paciente, solo desea su bienestar e se desvive por atenderlo en esas pequeñas necesidades personales que solo con ellos lo hacen a voluntad. Es un intercambio de amor donde no existe pena, ni vergüenza ni timidez. Incluso de pude dar salida a las emociones más íntimas como llorar o quejarse con fluidez pues se sabe que se es comprendido y correspondido.
Después de todo esto como es posible que la compañía de alguien junto a un enfermo en cualquier lugar de salud pública puede ser negativa? Yo solo veo puntos muchísimo positivos y creo que es lamentable que aún es esta época en que se habla tanto de lo bien que hace el amor, se restrinja el acompañamiento de personas queridas a un enfermo a solo una o dos horas de visita.
Todo esto sin contar con el aspecto práctico del asunto: siempre escucho hablar que existe falta de enfermeros y personal de salud. Ya imaginaron el servicio que cada una de estas personas hace por sus seres queridos? Servicio gratis que aliviaría en mucho el trabajo del personal de salud.
Y TODO HECHO POR Y CON AMOR!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Anjo de Luz (Lúcia)
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